MORTALIDAD INFANTIL EN DIVERSOS PAÍSES DEL MUNDO
Bienvenidos otro día más a este blog. Hoy vamos a dedicar el post a hablar sobre las enormes diferencias en cuanto a la mortalidad infantil entre los distintos países del mundo. En los que la tasa es más elevada, podemos encontrar diversos factores que lo provocan, pero la mayoría de ellos tienen su origen en un problema económico. Los países menos desarrollados, y que, por tanto, no tienen una capacidad económica para garantizar un estado de bienestar a sus ciudadanos, no pueden optar a servicios sanitarios adecuados.
La mayoría de estos países se localizan en el continente africano y en el este de Europa, zonas conocidas por su gran grado de pobreza y sus conflictos armados. Actualmente, el país que lidera el ranking con la más alta mortalidad infantil es Afganistán, debido a la guerra que acaba con la vida de cientos de personas cada día.
Sin embargo, la cantidad de niños que mueren debido a la malas condiciones de si entorno son mucho mayores. Se calcula que 40 millones de mujeres al año dan a luz sin ninguna clase de personal médico especializado, lo que hace peligrar tanto la vida del recién nacido, que es mucho más propenso a contraer enfermedades e infecciones, tanto la de la madre.
Algunos de los países en los que estos casos se concentran son Guinea, Níger, Sierra Leona o Somalia. Estas regiones cuentan con unas condiciones que dificultan enormemente el desarrollo de los niños, la sequía y la pobreza se juntan con un pésimo sistema de salud, en el que solo cuentan con dos médicos por cada mil habitantes. Organizaciones como la OMS y UNICEF colaboran intentando mejorar las condiciones en las que se encuentran, sobre todos los niños. La escasez de alimentos es uno de los mayores problemas contra los que se intenta luchar. Miles de niños se encuentran en riesgo de muerte por malnutrición.
Esta situación se opone totalmente a la que podemos encontrar en países del primer mundo como pueden ser Japón, España o Finlandia. Las condiciones en las que se encuentran permiten evitar la mortalidad infantil en gran medida. En países como España, la economía es mucho más próspera y permite que se tenga acceso a diferentes tipos de medicamentos y tratamientos que en países de África, por ejemplo, no tienen. Los ciudadanos españoles contamos con un sistema sanitario público, en el que todos contribuimos, gracias a los impuestos, al sustento de la sanidad.
Pero como decía, todo depende dela economía de cada país. Un buen sistema sanitario permite que la calidad de vida de las personas sea, al menos, básica. Pero si no puede lograrse eso, el estado de las personas, y sobre todo, de los niños, que son más vulnerables, peligra.
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